WACKEN 2024. Día uno. Crónica y fotos

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Texto: María Amor Fernández

Fotos: Iñigo Malvido

Wacken no tiene rival. Visité el festival por vez primera hace dos décadas y mirando atrás parece imposible que siga acudiendo uno y otro año y sin ánimo de dejar de hacerlo. No hay nada como la Holy Land.

Aún queda algo de la camaradería de entonces a pesar de la masificación y el cambio de dueños, porque aunque figuran los mismos al frente, por todos es bien sabido que detrás está un fondo de inversión americano que se ha hecho con casi todos los eventos de renombre europeos. La pandemia trajo estas cosas.

Llegamos a Hamburgo a primera hora de la mañana tras toda una noche sin dormir, varias horas de carretera y un par de vuelos. El aeropuerto de la capital del Holstein nos recibía con música de Black Sabbath de fondo. La primera jornada siempre es dura, pero desde hace unos años, más aún. Wacken dura casi una semana.

En el LGH la actividad era frenética, así que hacia allí nos dirigimos con la esperanza de poder acceder a su coqueta sala. Antes dejamos el coche en el parking más cercano. Lo que antes era gratis este año nos costó 10€ y sí, todo sube de un año para otro, pero no precisamente el IPC, ni el alemán siquiera. La cerveza cincuenta céntimos más cada año y la comida cara hasta para los alemanes, como nos confesaban algunos con los que intercambiamos conversación. No te quiero contar lo de las copas, es abusivo. Hasta unos amigos suizos nos decían que era caro. En el fondo se nota el cambio de manos del festival, aunque la imagen refleje lo contrario. Por otra parte, aquel detalle de regalarte la full metal bag al llegar y otros regalos ya son historia.

Intentamos colarnos en el LGH para ver a Archaic, pero no fue posible. Sí que lo logramos con Jet Jaguar, la banda mejicana ganadora de la Wacken Metal Battle en 2017. Como otros muchos vencedores, Wacken les invitó a participar en la presente edición con motivo del 20 aniversario del concurso musical más internacional del planeta y del que forman parte ya 87 países. Con mucha gente de algunos de esos países pudimos charlar y brindar aprovechando que la avenida principal estaba cerrada del todo a la circulación. Gente de muchos puntos de España pero también de Méjico, Colombia, Chile, Panamá … Una maravilla. El calor apretaba y cerraron la piscina por el exceso de aforo. Abriría los días siguientes porque con el comienzo de los conciertos la gente ya no acudió tan en masa.

Jet Jaguar fue por tanto nuestro primer grupo en el Wacken 2024. Con el LGH a tope disfrutamos de los mejicanos. Poco queda del Heavy Metal primigenio que practicaban allá por 2017 cuando vencieron en la Metal Battle. Ahora son un grupo mucho más sólido, intenso, técnico y con muchas tablas. Me encantaron y fue mejor de lo esperado. Perfectamente conjuntados, se apoyan en una sección rítmica sólida -con un Jimmy Lozano brutal a los parches- y los guitarristas Ariyuri y Raiden se combinan a la perfección. Sobre ello la labor vocal, también de Raiden, que es una maravilla. Muchas canciones nuevas, que imagino vayan en su próximo disco y pocas conocidas por mi parte. Pero me lo pasé genial de todas formas.

Al acabar su concierto nos fuimos de Wacken. Cena y a dormir tras cuarenta horas sin descansar. Nos perdimos a Varang Nord. No podíamos más.

Nos levantamos el miércoles con el aviso en el correo de los highlights del día, mensaje que recibíamos todas las mañanas y al que nunca hice caso, pues normalmente los momentos cumbre que nos marcaba el festival no eran más que conciertos de bandas ya más que vistas por mi parte, mientras que otras que a mí me interesaban nunca venían recomendadas. Así las cosas, para el miércoles los Musical Highlights que nos marcaban eran, Wacken Firefighters, Bülent Ceylan (Faster Stage), Tina Guo (Louder Stage) e In Extremo (Faster). Lo dicho ni caso.

Nosotros abrimos ya bien temprano. Doce del mediodía y frente al Louder para ver a unos Crystal Viper a los que notamos faltos de volumen, algo que iba a ser la tónica en ese escenario en todo el festival. El sol castigaba de lo lindo y el bajo de Marta Gabriel casi tapaba las guitarras en las primeras canciones del cuarteto polaco que pisaba por vez primera Wacken, algo que, sinceramente no me parecía justo, pues llevan alrededor de dos décadas en esto. No sé si era la hora, el sonido, o qué, el caso es que el público del Louder recibió a la banda de forma fría y distante, algo que fue cambiando con “The Silver Key”, donde saltaron las palmas de forma espontánea. “At the Edge of Time” de su EP de 2018 de mismo título, llegó detrás. Subía la intensidad, empezábamos a agitar las cabezas y para “Metal Nation” ya era una fiesta con Marta Gabriel al micro realmente pletórica. “When the Sun Goes Down” me puso la carne de gallina. Temazo. Para acabar, “The Last Axeman”, con una audiencia numerosa y que triplicaba casi a la que les recibió al salir. Enormes.

Viendo las predicciones, sabíamos que iba a ser un Wacken duro por el calor intenso y porque teníamos un día más de festival. Antes, salvo que te metieras en la Metal Battle, la fiesta empezaba el jueves o en los últimos años en la tarde del miércoles. Ahora, es un día más, y el miércoles incluso abre el Infield, con conciertos en el Faster Stage, aunque no llegaríamos a pisar dicho lugar hasta el día siguiente.

Once días hacía que Carla Harvey daba la espantada por sorpresa de Butcher Babies. No me importa el culebrón, el circo para el clickbait barato de otros. El caso es que la señora de Benante ni siquiera esperó a que pasara el Wacken para abandonar al grupo. Ya antes habían sido baja en el cartel y nos quedaba la incógnita de si volvería a ocurrir, pero no fue así, y la banda de Los Angeles se plantó en la Holy Land con sólo una voz solista. No había visto nunca antes al grupo en vivo y no tengo por tanto margen de comparación, pero, sinceramente, no creo que se haya perdido mucho sin la fugada. Heidi Shepherd hace tanto las guturales como las melódicas a la perfección. Quizás en el sentido visual se resientan, obviamente, pero en lo musical, todo igual. Abren con “Backstreets of Tennessee”, “Red Thunder” y “Monsters Ball”, pero no es hasta “King Pin” cuando se empieza a liar en el pit, apareciendo por vez primera un circle of death en Wacken 2024. Pensaba para mí que iban a llevar más base de la que mostraron. Me gustaron mucho más de lo que esperaba y sí, Heidi se vale y se sobra al frente de la banda. Voz y actitud. Buen concierto y la gente surfeando todo el rato.

Pausa para reponer fuerzas. A las 15:30 se abría el Infield y media hora más tarde tomaba posesión del Faster Bülent Ceylan, artista alemán de origen turco que comenzó su carrera como humorista, habiendo pasado años atrás por Wacken actuando como tal, para ahora ser ya un artista metalero consagrado con tres discos a sus espaldas. Evidentemente no le había visto nunca en vivo. Su música aúna industrial con folk y sonidos étnicos. Todo en alemán. La verdad que no me disgustó. Contó con un par de colaboraciones, Saltatio Mortis (banda de moda en Alemania y que de momento es uno de los cabezas del cartel de 2025) y de Peter Maffay, otro artista polifacético de la música alemana.

Un pequeño descanso para tomarse algo a la sombra y pasarse por el área de prensa por si había novedades. Queríamos evitar sorpresas.

De vuelta al Louder para ver a las chicas mejicanas de Monterrey The Warning. Grupo de moda a nivel mundial con clara influencia noventas. Mucha garra y buen hacer en la banda de las hermanas Villarreal Vélez, aunque las vi bastante estáticas sobre el inmenso escenario. Si te gusta el sonido 90’s, las amarás, porque las influencias son palpables. Arrancaron con la habitual “S!ck”. Daniela Villarreal a la guitarra y voz, Alejandra Villareal al bajo y coros, y Paulina Villareal a la batería y micro. La voz solista me recuerda un tanto a la de Halestorm. Concierto correcto en el que entre sus habituales temas colaron “Dust to Dust” de su “Queen of the Murder Scene” y que aún no la habían presentado en esta gira. Geniales.

Tocaba ir hasta el fondo del festival para ver a Hitten en el Wasteland, decidí hacerlo en dos veces, con una parada intermedia y pasarme para ver en el Wet Stage para ver qué se cocía en el territorio Metal Battle.

En el WET me encontré con Doomsday Astronaut, representantes de Rumania/Moldavia en el concurso, un extraordinario cuarteto instrumental que me dejaron boquiabierto a base de virtuosismo y unos solos fantásticos. Movieron al público sin falta de cantar. Sus veinte minutos se me hicieron más que cortos a pesar de su progresivo sin voz. Pensé que podían ganar, pero al final quedaron cuartos. La mejor posición lograda por una banda de Rumania en el concurso hasta la fecha.

Hitten se tomaron el concierto como un bolo más de su gira. No cambiaron demasiado el repertorio, basándolo en su último “While Passion Lasts”, eso sí, todo en la primera parte del show. Tras la intro se arrancaron con la canción que da título al álbum, ese corte tan a la americana que tan loco me vuelve. Da gusto escucharles y también verles. Locura de guitarras dobladas, sudor y headbanging al ritmo que marcaban los de Murcia. Si por Europa se están comiendo a Angelus Apatrida y Crisix de forma habitual (es fácil ver por allí camisetas suyas vestidas por metalheads no españoles), ya va siendo hora de que Hitten triunfen a lo grande. Si no te gusta “Twist of Fate” es que no te gusta el Heavy Metal. Si no coreas en sus conciertos “In the Heat of the Night” como lo coreamos todos en el Wasteland, es que no vives la música como un auténtico heavy metal kid. Con una voz como la de Alex Panza no hay fallo. Estupendo ambiente en el Wasteland.

Vuelta al Louder para ver a una vieja gloria, ni más ni menos que Suzi Quatro. Jamás me habría imaginado que fuera a tener la oportunidad de verla en vivo sobre un escenario, pero allí estaba. Evidentemente 74 años son muchos. No le faltan ganas y actitud, pero su voz es un hilillo que apenas resiste un agudo. A diferencia de otros, ella no lleva trucos, se apoya en una fantástica banda y se rodea de unos músicos muy buenos que trabajan las voces, sección de viento y coristas incluidos. Vuelvo a tener la sensación de que al Louder le faltan watios. Arranca con “The Wild One” y para la tercera, “Daytona Demon”, ya aparecen las primeras palmas. Estamos rodeados de un público muy mayor, como pasó en otros conciertos de este Wacken. “Tear Me Apart” sirve para que el saxo brille con luz propia. Fue extraño escuchar “Stumblin in” – hit que grabara con Chris Norman allá por 1978 – en un concierto en vivo y no en un bar de Benidorm, donde es un tema habitual. Con “Can I Be Your Girl?” se pone al piano cantándola con un sobrecogedor sentimiento. Detrás llegó “Rockin’ in the Free World” de Neil Young, tema que grabara para aquel “Back to the Drive”, disco de versiones que significó su regreso en 2005 tras 15 años alejada de los fotos. Luego “Bad Moon Rising”, de la Creedence y más y más canciones. ¿Qué más quieres de una mujer que lleva cincuenta años sobre un escenario? Inolvidable. Eternamente agradecido a ella y al festival por traerla. En octubre se viene al Iberia Festival de Benidorm. Me encantaría repetir.

Las piernas empezaban a pesar tras casi doce horas por la Holy Land sin demasiada pausa, pero quedaba una banda señalada con resaltador en el running order personal. Así que a ver a nuestros Crisix.

El Wet Stage nos recibía con un escenario totalmente adornado con los motivos de su último “Still Rising … Never Rest”. Sorpresa con la intro, ni más ni menos que a ritmo de merengue con el “Moviendo las caderas” de Oro Sólido. Luego la gente movería las caderas y todo lo demás. La noche había caído sobre Wacken y la locura llegó al Bullhead desde el primer acorde de “Bring ‘em to the Pit”. Sin respiro llegaron “World Needs Mosh” y “Leech Breeder”. Todo en el show está estudiado al detalle. Desde las rampas situadas a ambos lados de la batería de Carry a la espaldera reivindicativa de Juli Baz. “G.M.M.” sirve para que nazca un buen circle pit mientras otros se dedican al arte del crowdsurf jugándose el físico. Aquellos casi niños que triunfaron en Wacken 2009 venciendo en la Metal Battle (si no has visto en youtube su “A Great Wacken Story” no te lo pierdas) son hoy, quince años más tarde, una banda enorme, consagrada y que sabe a lo que juega. “Get Out of My Head” vuelve locos a los que están a mi lado, el alemán que tengo delante trae precisamente una camiseta de la banda con ese lema en la espalda. Los más locos en el centro dándose de palos y el resto dándole al cuello como si no hubiera mañana. Aún quedaba su medley cambiándose los instrumentos y una traca final totalmente brutal. “Full HD” y detrás el “Ultra Thrash” más especial, con Arnau Montfort (Hyde Abbey, Bellako) en la batería mientras Javi Carry flota sobre una plataforma con otro kit sobre las cabezas de la gente para luego pedir que le bajaran al suelo donde se le sumó el guitarrista Busi. Así terminaron, con un circle pit a su alrededor. Les he visto veinte veces, cuatro en Wacken, y siempre es especial. Después de algo así, agotados y totalmente exhaustos, decidimos dar por cerrado el miércoles. Quedaban tres días y el cuerpo ya pesaba.

Aunque todas las noches nos acostamos pensando en no madrugar, dormir la mañana y acudir al festival sin prisas, luego el running order nos acaba poniendo en el sitio, y acabamos llegando al festival cuando otros a esas horas en vacaciones están como mucho tomándose el desayuno. No lo podemos evitar.

 

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