Hace una década Stratovarius tocó techo, y hay es nada, era cabeza de cartel en Anoeta ante 3.000 personas. Después, llegó el declive, separación incluida. El regreso de los fineses fue irregular, pero ahora reaparecen más sólidos y engrasados. Fieles a su sonido de siempre. Ultra melódicos, veloces, teclados omnipresentes, brillantes solos de guitarra (no se echa de menos a Timo Tolkki), influencia clásica y alta pericia instrumental. Aunque los 18 minutos del tema final sobran. La primera impresión es que el disco tiene mucha pausa, luego engancha.
Elysium (Ear Music/Edel)