SHOUT IT OUT LOUD 3

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shout it out loud

Shout It Out Loud, edición 3

Algo que me sorprendió de este festival es esa magnífica cohesión que había en el estilo de todas las bandas participantes. Normalmente, cuando acudes a un festival ya tienes seleccionadas las bandas que deseas ver, las que se amoldan a tu gusto, ya que suele haber una amplia gama de estilos pensados para complacer a una gran variedad de fans.

Sin embargo, este festival es SLEAZY. Y encima apuestan por bandas que, personalmente, me vuelven loca. Nosotras hemos estado en la tercera edición, que contaba con bandas como Hollywood Trash, Bang Tango, Fate, Bai Bang, Crazy Lixx, Fatal Smile, Crashdïet, Tigertailz, Mike Tramp y Stephen Pearcy.
Como veis, nueve bandas. Nueve fantásticas bandas que disfrutar durante un festival de un solo día pero que alcanza para descargar todo el hard rock y el glam que llevas dentro. Un día lleno de fantásticas sensaciones. Un día que será más que suficiente para forjar recuerdos maravillosos.

Además, el ambiente es incomparable. Si deseas encontrar gente que se atreva a reflejar cuán dentro lleva el rock en sí mismo, si quieres codearte con gente que se entusiasme tanto como tú ante un buen concierto, éste es el lugar perfecto para conocerla. Mi experiencia me dice que la gente es agradable, abierta, sonriente y muy rockera. Porque enseguida te anima llegar al lugar señalado y encontrarte con una multitud de jóvenes y no tan jóvenes que llevan los pelos teñidos de azul, de rojo o de rosa, los ojos bien delineados de negro y el cuerpo embutido en mayas ajustadas de cuero o con estampados. Eso además de que se convierte en un desfile de camisetas de grupos que adoras y te hacen sentir como si estuvieras en el paraíso, en una especie de comuna hard rockera.

Volviendo al embrollo musical, lo cierto es que las bandas pusieron un entusiasmo contagioso en lo que hicieron. Los Hollywood Trash abrieron el festival, una cañera banda de jóvenes británicos que ofrecieron temas propios con mucho ritmo además de acertados covers, entre ellos algún tema de Mötley Crüe, que siempre es la guinda perfecta para un espectacular show. A ellos los siguieron los nórdicos Bai Bang, que ofrecieron un repertorio que fue muy bien recibido. Además, gozaban ya de reconocimiento y les fue fácil ganarse al público. 

Tras ellos entraron en escena los suecos Fatal Smile, que no nos dejaron asimilar su intención de prender fuego al escenario. Su show empezó con una fuerza y una energía arrasadora, con una de las canciones más adecuadas que conozco para empezar un concierto, el adictivo tema “Welcome to the freakshow”. ¿Cómo rechazar una invitación a formar parte de su impresionante energía? Estoy segura que no fuimos las únicas deseosas de vivir la atmósfera que nos ofrecían, cargada de magnetismo, intensidad y fuerza. Enseguida te veías bajo el influjo de uno de los shows más espectaculares que he visto. Todos los integrantes jugaron bien sus cartas, contando con una música que incita a volverse loco y combinándola con una imagen que se debatía entre lo gótico y lo rockero, con mayas ceñidas de cuero y muchos complementos de metal. Pero lo más característico era el maquillaje: caras blancas, ojos marcados de negro, lágrimas de sangre, lentillas de serpiente… Sin duda alguna, dejaron huella.

El escenario aún estaba en llamas, pero unos impresionantes Tigertailz supieron ser el combustible adecuado para mantenerlo así. He de admitir que disfruté muchísimo con ellos. Los conocía de antemano, y eran una de las razones por las que esperaba acudir al festival con inmensas ganas. Y la verdad es que no me defraudaron. No hicieron más que regalarnos temazos, y su nuevo cantante, Jules Millis, es una gran apuesta. No dejó de regalar su atención a los fans ni de pasearse por el escenario, haciéndonos participes de su show de manera sencilla pero efectiva. Además, su estilo y su voz se fusiona muy bien con el carácter del grupo. Un miembro brillante, sin duda.

Continuaron con el frenético ritmo que adoptó el festival Fate y después Bang Tango, a quienes mi amiga y yo no pudimos ver porque teníamos que entrevistar a dos bandas del festival, Fatal Smile y Crashdïet. Pero a juzgar por sus antecesores y predecesores, estoy segura de que estuvieron a la altura. En lo referente a las entrevistas, se publicarán aquí mismo, en la página de inforock. Cada una tiene una duración mínima de diez minutos en los que tratamos de indagar en los planes futuros de las bandas y también de salvar alguna que otra anécdota muy divertida.

Además de esos videos, tenemos otro grabado en el backstage de Stephen Pearcy (el hombre tenía sus propios aposentos privados para él y su banda). En el vídeo se refleja el buen rollo que se respiraba allí, e incluso capta el sorprendente momento en el que descubrimos que el batería de la banda sabía español y tenía familia en España. Fueron unos momentos realmente alegres y divertidos. Estar en compañía de Stephen Pearcy fue una experiencia memorable, y nos contó que había estado en Alemania anteriormente con Ratt, pero que esa era la primera vez que pisaba Alemania en, por lo menos, 20 años.

Volviendo al transcurso del festival, los siguientes que vimos fueron los suecos Crazy Lixx, con su nueva formación que consta del bajista Jens Sjöholm, una gran elección. En Jens es visible lo novedoso que resulta todo para él, lo mucho que le entusiasma estar viviendo esta nueva experiencia, ya que en el escenario rebosa una energía y una entrega que no pasa desapercibida. La verdad que había visto el año pasado a los Crazy Lixx por primera vez, y aunque me gustaron, tengo que decir que esta vez me gustaron mucho más. Los vi mucho más dinámicos sobre el escenario, con muchas ganas de estar allí, y encima contaban con temas nuevos, los de su nuevo disco, que son más hard rockeros, de guitarras más macarras que los anteriores discos pero que combinaban muy bien con sus anteriores temas, más glams. La verdad que a pesar de haberlos visto con anterioridad, lograron sorprenderme y no veo el momento de tener la oportunidad de volver a verlos. Son un grupo cuya trayectoria he seguido desde su primer álbum y que tienen participación frecuente en la banda sonora de mi día a día, así que perdonad que los colme de halagos. Pero me considero una persona de buen gusto, así que tal vez deberíais fiaros de mi fanatismo más que de mi objetividad. La única pega que tengo para su show es la ausencia de un temazo como “Pure desire”, pero eso ya está discutido y espero que, por lo menos cuando giren por España, no se olviden de tocarla .

Junto con los artistas anteriores compartió escenario una leyenda como Mike Tramp, que se plantó él solo con una guitarra acústica, su poderosa voz y un repertorio de canciones las cuales muchas han pasado a formar parte de la historia del rock. ¿Quién no puede evitar estremecerse ante canciones como “When the children cry”, “Cry for freedom” o “Fight to survive”? Sin duda, contaba con un material de 10. Y demostró que su voz sigue estando en condiciones excelentes, siendo una de las más especiales que he tenido la suerte de oír. Lo que sí puntualizaría, es que o eres un gran admirador de él o adoras las canciones de White Lion, o sino un concierto enteramente acústico podría haberte pesado. Quiero decir, era un concierto enteramente destinado a aquellos que ya lo reconocían, que ya apreciaban su trabajo. Por muy hermosas que sean sus canciones, supongo que de haberse encontrado ante un público que lo desconociese no se podría haber considerado que había jugado sus cartas, su gran talento, del modo más potencial posible. No sé si me explico. En otras palabras, no habría sido la medicina adecuada para jóvenes espectadores con ganas de volverse locos. Sin embargo, no hay que quitarle mérito por ello, ya que sin duda sembró la emoción en la sala. Con seguridad, su espectáculo supuso el momento más enternecedor de todo el festival.

La fiesta continuó con los Crashdïet, que a juzgar por la cantidad de gente que vestía sus camisetas, eran una de las máximas atracciones del festival. La verdad que su show prometía, ya que tenían el escenario solo para ellos durante más de una hora, y además estos chicos siempre saben dejarnos con ganas de volver a verlos. Y esta vez no fue diferente: impusieron su presencia. El playlist fue sorprendente; supieron exactamente lo que la gente deseaba oír. Y además, incluyeron en él “In the Raw”, un tema del segundo disco, álbum que grabaron con Olliver Twisted y del que rara vez hablan y apenas suelen incluir en sus conciertos. Pero “In the raw” es un temazo, y me alegra que vayan presentándolo como tal de una buena vez. Como siempre, Simon estuvo brillante, con su característica actitud punk que le hace exudar una seguridad en sí mismo que despierta magnetismo y atracción en los espectadores. Sin duda alguna, sabe venderse. Además, hubo un momento en el que demostró ser el carismático frontman que es dentro de su actitud rebelde y macarra. Sonó la alarma de incendios interrumpiendo su concierto. El caso es que no pasó nada grave, pero decidieron tomar precauciones y azuzaron a la banda para abandonar el escenario. Todos obedecieron, excepto Simon, cuyo cabreo era visible en sus ademanes y persistió en quedarse en el escenario, gritando que él iba a quedarse a través del micrófono. Él QUERÍA quedarse, y así lo hizo. Se tiró al público y éste lo recibió, desplazando su cuerpo a través de un oleaje de aclamadoras manos. Sin duda, fue el momento más heavy del festival. Y esa actitud tan entregada y tan estoica cautivó. El concierto continuó después del incidente, y no dejaron de regalar su magnífico talento. Sin lugar a dudas, estuvieron a la altura de las expectativas. 

Quien cerró el festival fue el legendario Stephen Pearcy, cantante de Ratt, que se plantó en la tarima con un equipo que supo transmitir perfectamente la esencia de Ratt. Stephen demostró que seguía en plena forma, y estoy segura de que sorprendieron a más de uno, ya que ofrecieron un espectáculo maravilloso. Los temazos se sucedían unos a otros, y no tardaron en regar entusiasmo en la sala con canciones archifamosas como “Lovin’ you is a dirty job”, “Body talk” o “Givin’ yourself away”. Sin duda dieron caña, y mucha. Aunque les faltó el tema “I want a woman”, que no dejó de ser reclamado por el público. Aún así, hicieron un trabajo estupendo allí arriba, y la gente lo apreció debidamente.

El festival, en vez de saciar dejo con hambre de más, pero el plan estaba previsto para hacer frente a un público con ganas de seguir disfrutando. Y la fiesta, que había empezado al mediodía, continuaba a través de la noche, donde se había organizado una fiesta postfestival en un pueblo cercano llamado Bochum. Allí había un local, el Matrix. Y os aseguro que me quedé embelesada con él… ¡No habéis estado en un sitio más estupendo, estoy segura! Era un local ENORME, con unas cuatro salas distintas divididas en diferentes zonas y plantas. Cada una de ellas se amoldaba a un estilo diferente de música, toda ella derivada del ROCK. Aquello era un paraíso. Nosotras recorrimos el local, que era inmenso y excitante en su variedad y amplitud, y la gente que lo frecuentaba. Aquel era el paraíso de todo rockero. Finalmente nos decantamos por la sala que más se amoldaba a nuestro estilo, que contaba de dos pisos: el de abajo era una gran pista de baile, despejada por entero a excepción de una barra que no molestaba empotrada en una pared. A la pista se accedía por varias escaleras que daban a un piso superior delimitado por una balaustrada desde donde se podía observar a la gente que se desmelenaba bailando. Era un lugar brutal. Y la música estaba a la altura. Grupos como Hardcore Superstar, Crashdïet, Skid Row, Bon Jovi, Kiss, Mötley Crüe, Quiët Riot o incluso Heroes del Silencio retumbaron en la sala, qué dicho sea de paso, contaba con una acústica formidable. 

He tratado de rescatar de mi memoria la impresión que me reportaron todos esos grupos y todas esas vivencias, pero por supuesto, hay sensaciones que por mucho que las describa, no se pueden comprender a menos que se vivan. Yo estoy encantada de haber estado allí, de cada segundo transcurrido, y estoy segura de que repetiré.

Los que se atrevan a darle una oportunidad a este festival, os comento que ya se está tejiendo una cuarta edición. Porque encima eso… ¡Se celebra en Alemania, señores! Un país superdesarrollado donde las máquinas del tren te imprimen los horarios que necesites gratis y donde la cerveza es más barata que el agua. Así que, son gente competente y eficaz, y este festival, además de absolutamente fantástico, es frecuente. Así que es algo fiable de que volverse adictivo.

A los que no os termine de convencer, os aseguro que darle una oportunidad no está de más. Puede que te encante o puede que decidas que no es para tanto, pero creo que si puedes ir, aprovecha la oportunidad, no vaya a ser que te hayas estado perdiendo el festival de tu vida.

Texto y videos: Lara Goikoetxea y Karmen Salazar

httpv://youtu.be/vP1DxlywO8w

 

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