KARMA TO BURN. Donostia

KARMA TO BURN

Fecha. 4 de mayo de 2012.  Lugar: Casa de Cultura de Intxaurrondo, Donostia.  Interpretes: Sharon Stoner, The Soulbreaker Company, Karma To Burn.  Asistencia: unas 200 personas.  Precio: 10/12€.

En la época del consumo musical sin masticar, el usar y tirar, encontrarse con un triple cartel como el que se organizó la noche del viernes en el donostiarra Centro Cultural de Intxaurrondo es como un oasis en el desierto. Un cabeza de cartel instrumental y dos teloneros con pocas concesiones al gran público. Valiente.

Sharon Stoner fueron los primeros en subir a escena ante una sala increíblemente vacía. Difícil concierto para el trío de Oñati, que en todo caso no fue capaz de levantar un bolo que a ratos se atascó con una propuesta no del todo definida entre ese stoner pesado y rudo que les caracterizaba y una tesitura actual más blanda, a la que le cuesta encajar en el puzzle.

Desde Gasteiz, los Soulbreaker Company atacaron una hora de concierto que nos trasladó a los años 70. Puesta en escena sobria y estática para un rock hipnótico y psicodélico, con temas largos, órgano omnipresente, recuerdos a Pink Floyd,… el sexteto alavés sonó preciso y envolvente, con tramos también más pesados y casi hard. Un grupo de categoría al que le faltó quizá un punto mayor de garra para conectar con una audiencia que ya era más numerosa a esa hora de la noche.

Comunicación que sin ir mas lejos sí logró Karma To Burn. El trío yanqui fue el encargado de “incendiar” el escenario, que por algo lucía atrás su telón con la imagen de un bombero salvando a una muchacha. Desde el primer al último minuto, fueron a muerte. Un pegador baterista como Rob Oswald, espectacular machacando los platos en las alturas, la guitarra de William Mecum (que no se cortó para fumarse un cigarrillo durante el concierto) y el bajo atronador de Rich Mullins, todo pose rockera, llenaron 70 minutos de actuación enteramente instrumental. Incluso los temas del que fue su homónimo álbum de debut en 1997, su única grabación con vocalista (tienen ya cinco discos publicados) son interpretados de manera instrumental, como la genial “Bobbi, Bobbi, Bobbi – I´m Not God”, que puso a botar a los fans. Siempre sonrientes y con actitud positiva y contagiosa, Karma son todo energía. Su set no engaña; sin solos ni virtuosismos, rock stoner a cuchillo, denso, musculoso, pétreo y pesado. Ritmos y cabalgadas a todo trapo que lograron poner las pilas al respetable. Siguiendo la tónica de la noche, a algunos la descarga de Karma se les hizo pelín larga, porque un concierto de estas características no es fácil, pero es indiscutible el poder y la personalidad de KTB. Únicos, diferentes, ¡y currantes! Fue acabar el bolo y salir disparado el bajista ¡a atender el puesto de merchan!

Texto: Aitor Zubizarreta

Fotos: Iñigo Malvido

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