JUDAS PRIEST. Donostia

CRITICA JUDAS PRIEST

Fecha: 20 mayo 2012.  Lugar: velódromo Anoeta, Donostia.  Intérpretes: UDO, Blind Guardian, Judas Priest.  Asistencia: unas 3.000 personas.  Precio: 60€.

Si ha habido un escenario que Judas Priest ha pisado y pateado en Euskadi y hasta en el Estado, ese ha sido el velódromo donostiarra. Asi que era casi un acto de justicia que la gira de despedida del quinteto británico pasara por el otrora emblemático recinto para macro conciertos gipuzkoano.

Anoeta ha vivido noches históricas con los Judas,  pero definitivamente los tiempos han cambiado y en su séptima visita a Donostia Judas pinchó, cuando no lo había hecho nunca. Que la fiesta fuese en domingo tampoco ayudó.

El cartel se completaba con dos formaciones clásicas y veteranas. Con un sonido más que correcto, tanto UDO como Blind Guardian optaron por actuaciones a base de sus temas más conocidos, pero ninguno fue capaz de levantar un recinto que quedó exageradamente grande y frío para ocasión. UDO sonó compacto con sus temas y tiró de Accept para cerrar con “Metal Heart”, “Balls to the Wall” y “Fast as a Shark”, pero la audiencia casi no se hizo oír y el propio UDO se  equivocó insistiendo tanto en hacerla participar. Con Blind Guardian también quedó la sensación de que cualquier tiempo pasado fue mejor. Recordaron que 10 años atrás habían actuado en Donostia y certificaron que el grupo ha perdido peso en esta década. De un polideportivo lleno hasta la bandera cantándolo todo en 2002, a un público en gran medida indiferente. Pero el grupo cumplió y el cierre con “Imaginations from the Other Side”, “Bard Song” y “Mirror Mirror” dejo buenas sensaciones.

Judas Priest clavó el mismo concierto que en el BEC 10 meses atrás. En todo caso, el voceras Rob Halford pareció en mejor estado de forma y vocal. El resto, sin cambios. Casi dos horas y media de concierto y una actuación muy vistosa escénicamente (láser, fogonazos, humo, pantalla de fondo), colorista y espectacular. Este epitafio es un repaso a toda su discografía, recuperando algunos tema menos habituales (“Judas Rising”, “Starbreaker”, “Never Satisfied”, “Blood Reed Skies”) y sus grandes clásicos. Las pausas entre las canciones son excesivas y cortan el ritmo, pero Halford conduce bien el show y añade un punto nostálgico a la actuación que la hace especial, comentando discos del pasado o incluso recordando caballerosamente a compañeros de batalla de la época dorada heavy como Iron Maiden, Scorpions, Saxon y Motörhead. Los músicos están perfectos, con el malabarista Scott Travis luciéndose a la batería y el nuevo guitarrista Richard Faulkner, que aporta frescura, juventud y pose rock star, asumiendo galones. Los clásicos atruenan. La salida con “Rapid Fire” y “Metal Gods” es brutal, con un sonido perfecto. “Victim of Changes” es mágica. “Diamond & Rust” aún emociona y “Turbo Lover” calienta Anoeta a base de fuego. Las eternas “The Sentinel”, “The Green Manalishi”, “Breaking The Law”, cantada enteramente por el público, “Painkiller”, Electric Eye”, “Hell Bent For Leather” moto incluida, “You´ve Got Another Thin Comin”, con Halford con la ikurriña y “Living After Midnight” son una catarata continua de himnos y emociones con los que Priest evidencian el porqué de su legendario nombre. Están gastados pero son historia. Largos aplausos para su última batalla en Donostia. Agur Judas.

Texto: Aitor Zubizarreta

Fotos: Iñigo Malvido

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