DREAM THEATER
Fecha: 17 enero 2014 Lugar: Pabellón Anaitasuna, Pamplona Asistencia: 1800 personas Precio: 45€
El pasado viernes nos acercamos a Pamplona para presenciar uno de los conciertos más esperados de este principio de año de la mano de los maestros del metal progresivo DREAM THEATER, que se presentaban en la capital navarra para ofrecer una de las primeras actuaciones de su recién iniciada gira europea.
La demora en la apertura de puertas la víspera en Madrid y el consecuentemente reducido repertorio, además de los múltiples problemas logísticos que impidieron a la banda llevar a cabo su show audiovisual al completo estaban en boca de todos, tanto en la fría cola fuera del Anaitasuna como dentro del recinto, que además fue abierto con algo de retraso, lo que contagió la incertidumbre y el pesimismo a más de uno.
El primer error llegó nada más sonar la intro, cuando el gran telón que tapaba el escenario quedó inhabilitado, sin mostrar las imágenes que todos esperábamos repasando la trayectoria de la banda, disco a disco. A pesar de esto y algún que otro problema sonoro que tuvieron en las iniciales “The Enemy Inside” y “The Shattered Fortress”, el concierto fue un espectáculo soberbio, con todos los instrumentos sonando con una claridad impecable y un Petrucci especialmente inspirado, que impregnó de profundo sentimiento cada nota que desprendía su guitarra. Ni que decir de los solos, que dejaron pasmados al respetable una y otra vez, reconociendo mediante grandes ovaciones su talento y extremada perfección a las seis cuerdas.
La primera parte de la actuación estuvo enfocada hacia sus discos más recientes, exceptuando el clásico “Trail Of Tears”, lo cual produjo que la respuesta del público no fuera tan entusiasta, aunque esto no quita mérito a las inmensas composiciones de “On The Back Of Angels”, “The Looking Glass” o la instrumental más reciente, “Enigma Machine”, con la cual Mangini realizó un inspirado solo de batería que arrancó los aplausos del más escéptico. Y es que, para bien o para mal, la sombra de Portnoy todavía se cierne sobre la banda; muestra de ello es que, obviando el solo, Mangini no tuviera apenas momentos de protagonismo en el show y estuviera en segundo plano en todos los sentidos, incluso las luces que le enfocaban fueron más discretas. Esperamos que con el tiempo obtenga el reconocimiento que merece dentro del show, ya que, como demostró en el aspecto técnico, no tiene nada que envidiar a su predecesor.
La magistral “Breaking All Illusions” se encargó de finalizar el primer acto y dar paso al descanso, que fue amenizado mediante los vídeo-anuncios que mostraban a varios miembros de la banda en situaciones graciosas como Rudess y LaBrie contemplando sus propios muñecos de miniatura o Mangini soleando sobre unos botes de detergente.
A la vuelta el peso recayó sobre el disco “Awake”, del cual rescataron joyas como “The Mirror”, “Scarred” o “Space-Dye Vest” al cumplir este año dos décadas de existencia. Del mismo modo, Jordan Rudess gozó de mayor protagonismo al presentarse con un teclado portátil de forma circular, que le permitió tener más libertar y estar al frente del escenario junto al resto de la banda.
Todo esto respaldado constantemente por una pantalla de fondo que alternaba las imágenes de la actuación en directo con símbolos psicodélicos y diversos paisajes como cementerios, meteoritos acercándose a la tierra… que propiciaban la ambientación de cada canción.
También cabe mencionar que mientras los solos de Petrucci fueron siempre momentos memorables durante la velada, muchas veces esa euforia caía en picado con la entrada de las voces. Que Labrie haya estado con frecuencia en el ojo del huracán debido al excepcional rendimiento del resto de los componentes no es nada nuevo, pero tampoco es excusa para justificar sus errores, y aunque en líneas generales rayo a un nivel aceptable, incluso deslumbrando en momentos puntuales, no llegó a convencer como el resto.
Para los bises rescataron cuatro cortes del “Scenes From A Memory”, otro de los discos emblemáticos de la banda que también estaba de aniversario, 15 años en este caso. Comenzaron con la instrumental “Overture 1928” para pasar seguidamente a “Strange Deja Vu” y “The Dance Of Eternity”, todas ellas intercaladas, como si de una misma canción se tratara, demostrando porque siguen siendo los reyes absolutos del metal progresivo.
La perfección interpretativa que la banda en conjunto alcanzó en este último tramo llevó al público a semejantes niveles de euforia que a más de uno incluso se le escapó la lagrimilla de emoción ante la genialidad de la música que estaba presenciando.
Pusieron el broche final al espectáculo con una memorable “Finally Free”, en la que pudo verse a todo el público entregado, incluso LaBrie abandonó el micrófono en el estribillo ante el canto unísono de la audiencia, que acabó el concierto coreando “oe oe oe” y con ganas de disfrutar de un nuevo concierto al completo si fuera posible.
A la conclusión la satisfacción era la sensación unánime entre el público. Satisfacción al darse cuenta de que 45€ no era una cifra desorbitada tomando en cuenta el estelar despliegue musical presenciado, al igual que el maravilloso espectáculo visual que lo acompañó durante tres horas. Para quitarse el sombrero. Esperamos que en la próxima ocasión repitan fecha por el norte para poder volver a gozar de su maestría sin tener que desplazarnos hasta Madrid o Barcelona.
Texto: Mikel Yarza
Fotos: Iñigo Malvido
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DREAM THEATER |
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