Imparables. La gira 2010 de Doctor Deseo esta siendo todo un éxito, con llenos allá por donde pasan. En Donostia, en un sorprendentemente ajetreado Ilunbe (circo y concierto metal de Ktulu en Studio 21, más los que subían de Anoeta con sus camisetas de la Real), también agotaron el papel, algo que no habían conseguido en sus dos anteriores visitas a la Rock Star, aunque hace dos años el entradón fue ya notable rozando las 900 entradas vendidas. En todo caso, el quinteto bilbaíno arrastra cada vez a más público y su apuesta de tocar un año y parar al siguiente consigue no saturar y que la expectación crezca.
Por lo demás, la formula DD se mantiene invariable en su esencia, aunque el envoltorio sea cada vez más espectacular. Tienen apoyo puntual de corista y violinista, y esta vez, su siempre cuidada puesta en escena incluía como novedad tres pantallas que ambientaban perfectamente las sórdidas, pasionales y desenfrenadas historias de los liderados por Francis. El cantante, y eso no es novedad, volvió a ejercer de frontman total, enganchando a la masa con sus continuos paseos entre el público, por las barras de bar o escalando al balcón superior. Insinuante, seductor y cabaretero, el jefe de los Deseo domina como pocos el escenario: Baila, se descamisa, reparte besos a ellos y ellas (hubo mucho público femenino adulto) y canta al oído de los emocionados fans. Lo que no sabemos es si el repertorio funcionaria igual de bien sin ese y venir de Francis, porque a ratos el bolo pierde gas. Sucede al principio, con un cancionero al que le cuesta arrancar y también en el comienzo del primer bis, con cierto bajón, aunque la ejecución instrumental es en todo momento impecable. En todo caso el pop rock DD es más oscuro que de dar palmas y seguramente buscan los ambientes relajados para romper después con clímax puntuales.
Hubo en las casi dos horas y media de show repaso exhaustivo a su nuevo CD, con temas destacados como Que amanece de nuevo o De chocolate y vainilla, con unos coros muy Stones, alternados con material más antiguo; Jugaba el placer al escondite, La química precisa, la bailable Dancing in the hell, Suspira y conspira, Corazón de tango, Morir en Bilbao o una muy sentida Abrázame, que fue de lo mejor de la calurosa noche. Y el detalle añadido de un chaval con bufanda de la Real que antes de los bises subió a filosofar un buen rato con gracia y maneras. Buen rollo. Según anunciaron, volverán “en las fiestas del puerto”.
Fecha: 29-5-2010. Lugar: sala Rock Star, Donostia. Interpretes: Doctor Deseo. Asistencia: Lleno, unas 1.100 personas. Precio: 15/18 euros.
