DAWN OF THE MAYA + GABEZIA + MELTDOWN. Crónica y fotos

DAWN OF THE MAYA + GABEZIA + MELTDOWN

Fecha: 11 de abril de 2015 Lugar: Sala Doka, Donostia Asistencia: 150 personas Precio: 8/10€

El 11 de abril de 2015 quedará grabado en la memoria de muchas de las personas que asistieron el pasado sábado a la donostiarra Sala Doka. Tanto bandas como organizadores promocionaron el concierto a los cuatro vientos y la expectación era grande, pero lo que allí sucedió superó todas las expectativas.

En año y medio de existencia, los jóvenes MELTDOWN han dado un golpe sobre la mesa, convirtiéndose en una de las bandas más intensas en directo de la escena local. Una vez más, demostraron su valía mediante una actuación llena de furia, adrenalina y sudor, con un público que los llevó en volandas desde el primer acorde. Estos no pararon de saltar y moshear al ritmo de “Odyssey”, “From Bitten Lips to Broken Dreams” o los nuevos y enérgicos temas, atreviéndose los más valientes incluso a saltar desde el escenario sobre una tabla de bodyboard. La primera de las múltiples colaboraciones de la velada fue la más sorprendente de todas. En una canción original de los hernaniarras, los miembros de Gabezia se subieron al escenario con labores instrumentales intercambiadas, momento que sirvió para aumentar los circle pits y demás bailes festivos entre los asistentes.

Aunque la banda en general rayó a un nivel aceptable, cabe resaltar a su vocalista Julen Sarasua, que una vez más se mostró pletórico, haciendo retumbar la sala mediante sus poderosos gritos guturales. La aplastante “Hollow Chest” dio rienda suelta al jolgorio, antes de que se despidieran por todo lo alto con la desenfrenada “Bukkake Party”, donde, además de la portentosa intervención vocal de João Novais, también pudimos ver a su antiguo bajista Ion Martin berreando sobre el escenario.

GABEZIA fueron los siguientes en subir a las tablas. Su concierto era muy esperado, ya que a pesar de que publicaron su primer disco de larga duración, “Bilanx”, el pasado otoño, no habían podido presentarlo debidamente con su guitarrista Julen Basterra. Bajo unos telones que mostraban el logo de la banda, el cuartero dio el pistoletazo de salida con la genial “Atabismoa”. El sonido fue desequilibrado al principio, lo cual se evidenció especialmente en la distorsión de guitarra, falta de nitidez. Se estabilizó a medida que desgranaban temas como “Aszeta Gorena”, “Maitasun Kontuak” o “Ideien Trafikoa”, buena muestra de la originalidad y frescura de su propuesta que, lejos de limitarse a un solo estilo, es la suma inspirada de corrientes dispares.

Podría decirse que el equilibrio que los lleve a un nivel superior en directo está todavía por llegar, fruto de las altas expectativas creadas a raíz del excepcional disco que llevan defendiendo desde noviembre, pero no cabe duda de que la del sábado fue la actuación más intensa y apasionada ofrecida por el cuarteto lasartearra hasta la fecha. Lograron transmitir su entusiasmo al público, que se sumergió progresivamente en la tónica del concierto hasta el colofón final con “Bidaiari Iluna”, donde incluso un servidor subió a cantar, y la versión final de la emblemática “Laid to Rest” de Lamb of God, en la cual el guitarrista Aimar Ibarzabal, que ha estado ayudando a la banda durante el periodo de ausencia de Julen Basterra, se sumó a ellos para dejarnos con un gran sabor de boca.

Desde el momento en el que DAWN OF THE MAYA se presentaron en el escenario al ritmo de “Atmosphere”, se notó la diferencia. Los pamploneses atesoran casi una década de experiencia, impulsada especialmente en los últimos años de giras frecuentes y actuaciones en festival significativos, y mostraron su buen hacer involucrando al público en la fiesta desde el comienzo. “Everest” fue la primera en poner a saltar y cantar a todos los allí presentes, mientras que “Heavenly Fire” y “Wake Up” sirvieron para resaltar la destreza del excepcional baterista Marcos Martínez, que nos maravilló con su precisión y delicadeza a las baquetas en repetidas ocasiones. Otro de los miembros más destacables fue el bajista Eneko Celestino, especialmente por su brillantez vocal, logró deleitarnos con melodías épicas que impulsan sobremanera la emotividad de las canciones.

La propuesta de los navarros es original y llevadera porque va más allá del metalcore estándar; además de los habituales estribillos épicos y mastodónticos breakdowns, tiñen sus canciones de diferentes pasajes de teclados y guitarras limpias que potencian la ambientación.

El show fluyó plácidamente con canciones como “Endless Void” y “Devouring Stars”, los circle pits aumentaban constantemente y cada vez más gente saltaba del escenario y volaba por los aires. El concierto de los navarros fue, de un modo, la culminación de una velada de alto voltaje, con público y banda completamente volcados, se notó que ambas partes estaban disfrutando al máximo. Pusieron el broche de oro con la memorable “The Age of Darkness”, con los asistentes entusiasmados, coreando la épica melodía del estribillo al unísono.

Fue, sin duda, una noche para el recuerdo para los asistentes que se congregaron en la sala pero, especialmente, para los músicos locales, que disfrutaron sobremanera con la respuesta tan entusiasta del público. Como decían Meltdown tras el concierto: si promotoras, bandas y público reman en la misma dirección, habrá muchos más conciertos de este calibre y podremos disfrutar de una escena más sana y activa. Por muchas más noches como esta.

Texto: Mikel Yarza

Fotos: Iñigo Malvido