El nuevo disco de los navarros KOMA, La Maldición Divina, sale a la venta el martes 1 de marzo.
Podéis escuchar cuatro canciones en su myspace
Firma de discos y acústico :
1 de Marzo en Pamplona en tiendas Elkar (19hrs)
2 de Marzo Fnac Bilbao (19hrs)
7 de Marzo Fnac Donosti (19hrs)
12 de marzo BARCELONA. SALA RAZZMATAZZ II 19 de marzo ZARAGOZA. SALA LOPEZ 25 de marzo LOGROÑO. SALA CONCEPT 26 de marzo VILLABA (NAVARRA). SALA TOTEM 1 de abril VALLADOLID. SALA PORTA CAELLI 2 de abril MADRID. SALA HEINEKEN 8 de abril VALENCIA. SALA MIRROR 9 de abril MURCIA. SALA NUEVO GARAGE 15 de abril SEVILLA. ZEPPELIN CLUB 16 de abril MADROÑERAS. SALA KARIVIA“A las primeras 500 personas que entren en los 10 conciertos de presentación del nuevo disco, se les entregará un MAXI en formato CD para coleccionistas con contenidos extras y exclusivos”.
J. ÓSCAR BEORLEGUI deja el siguiente artículo en la página de promosapiens
Koma, el engranaje musicalmente perfecto integrado por Brigi Duque, compositor de la música, guitarrista y vocalista del grupo, Rafa Redín, bajista y letrista, Natxo Zabala, guitarra solista, y Juan Carlos Aizpún, batería, vuelve a demostrar su poderío con la publicación de La Maldición Divina, su octavo trabajo: nuevo aldabonazo sonoro que, tres años después de la publicación del anterior, Sakeo (álbum que llevó al grupo a cruzar en dos ocasiones el océano Atlántico) ve la luz cuando estamos en puertas del decimoquinto aniversario de la salida de su primer CD. La Maldición Divina, título abierto a múltiples interpretaciones (más que a un Dios en particular, referido a cuestiones relacionadas incluso con ídolos o con los personales “becerros de oro” de cada cuál), se grabó en los estudios M.A.V. de Zizur Mayor, Navarra, donde también se hicieron las mezclas; una vez más, Miguel Aizpún, productor habitual de la banda, se encargó de dichas labores, compartiendo cometido con los propios músicos; la masterización final, asumida igualmente por ambas partes, se llevó a cabo en los estudios MASTER M.A.L. Por último, apuntaremos que Kike Núñez se encargó del arte de la portada (tan impactante como la música del disco) y que para la llegada al mejor puerto posible de las canciones se contó con colaboraciones como las de los músicos de Su Ta Gar y Mr. Fylyn David y Alfonso Zarzosa –entre otras-, quienes aportaron sus voces en los coros.
La Maldición Divina ofrece doce cañonazos que Kolosales, Majestuosos, con la casta habitual de Koma latiendo a borbotones, denotan desde su primera escucha su ADN. La analítica perfecta; que sólo pueden ser de Koma, banda cuyas vigorosas constantes vitales se siguen manteniendo en el mismo estado de forma que cuando surgió en 1994, si no creciendo: como si por ellas no ya no pasaran los años, sino que tampoco les pesaran. Y desde el prisma estilístico, por si quedara alguna duda, dejando claro con rotundidad, tal y como lo proclaman en ‘Almohada Cervical’, que lo suyo siempre fue, es y será el heavy metal, concepción del género que de alta tensión siempre, erigida sobre su esencia más genuina, rockerizada y atemporal, luce impactante a rabiar con los ropajes sonoros exhibidos por el grupo: su sonoridad del siglo XXI.
¿Temas a destacar? ‘Blancos De Los Nervios’, ‘Patrón A Seguir’ (de malencaradas y broncas letras), ‘Los Idiotas’, ‘Quién Sobra’ (críticas e irónicas a un tiempo), ‘Sin Oxígeno’ (la más vacilona) o la inconmensurable versión del ‘Bagare’ del cantautor Gontzal Mendibil, sostenidos todos ellos por unos riffs que, ya característicos, han creado escuela; rubricados por los punteos de Natxo (tan elegantes como resolutivos y contundentes) y lanzados con incontestable precisión desde la siempre fornida base rítmica, con Rafa sin perder cuerda –igualmente- y Juan Carlos, en su línea, echándole el habitual ‘par de bombos’ al asunto. Finalmente, el CD se completa con ‘El Exorcista’, ‘Fantasmal’, ‘Me Vacío’, ‘No Te Lo Tomes a Mal’ y ‘Ostia Frontal’.
Un disco éste, La Maldición Divina, llamado a ser toda una divina bendición para los miles de incondicionales de Koma, banda que, paradigma del mejor heavy metal facturado en el Estado, vuelve a dejar claro que su concepción del rock sigue siendo sinónimo de grandeza y rotundidad: una vez más, buena señal.