RHAPSODY OF FIRE. Crítica y fotos

Los italianos Rhapsody irrumpieron en el mercado metálico en uno de los peores momentos que ha pasado el heavy metal en sus cuatro décadas de existencia.

No viene mal recordarlo, ahora que a todo el mundo le ha dado por vapulear a ciertos grupos heavies. El debut de Rhapsody, hace casi quince años, causó impacto. Recordaban a otro grupos, cierto, pero igualmente, nadie sonaba como ellos. Su manera de darse a conocer también fue diferente. Hasta que publicaron el segundo CD, no salieron de gira. Inusual. A Donostia llegaron como teloneros de Stratovarius (en un cartel que incluía a los entonces jovencísimos debutantes Sonata Arctica) en el año 2000 y decepcionaron. Imposible trasladar al directo su ampuloso, detallista y súper producido repertorio.

Unos años más tarde la cosa mejoró en la sala Jam de Bergara, ya como cabezas de cartel. Pero no hubo continuidad. Demasiado tiempo sin girar, problemas en el entorno del grupo con cambios incluso de nombre (el añadido final Of Fire), y una sensación de grupo en punto muerto que en nada les ha ayudado.

Asi que pese a ser un grupo conocido y poco visto en directo, tampoco extrañó demasiado que la asistencia a su concierto del pasado viernes en Rock Star Live fuese tan pobre, con unos pocos cientos de fans rellenando la sala.

La sensación del quinteto bambino fue otra vez irregular. No decepcionaron a los fans, sonaron bien y tocaron mejor. Pero la sensación “poco natural” que volvieron a dejar fue evidente. Además de una marcada linealidad en el repertorio, que mediado el concierto, mutó a monotonía. Pero “canta” sobre todo que un montón de partes, tanto instrumentales como coros, entren grabadas desde la mesa. La sensación de que son un grupo más de disco que de directo, se acentúa cada vez más. Algo realmente peligroso para un grupo rockero, sea cual sea su género.

Por otra parte, lo que tocan, lo clavan. El hacha y compositor principal Luca Turilli punteó lo que quiso, pero sin erigirse para nada en el centro de atención. Fabio Lione cantó con fuerza y sorprendió el buen hacer del muy solidó bajista Patrice Guers. Y canciones como Land of Immortals, Dawn of Victory, March of the Swordmaster, Eternal Glory o el cierre Emerald Sword, no se puede obviar, hicieron cantar y disfrutar a la audiencia con esos coros épicos y majestuosos marca de la casa. Del último álbum sonaron On The Way To Ainor, Sea of Fate y una sorprendente, por agresiva y diferente, Reign of Terror, ya en el último bis.

En resumen, excelentes músicos, estilo personal, pero un cancionero difícilmente trasladable de forma creíble al directo.

Antes, nos dio tiempo de ver a uno de los teloneros, Visions of Atlantis. Set muy corto, en el que sonaron impecables pero escasos de fuerza y sin transmitir demasiado. Su formula de pareja mixta de vocales, a lo Lacuna Coil, esta ya muy vista además.

Cartel: Rhapsody Of Fire, Visions of Atlantis, Vexillum.   Fecha: 11 de febrero 2011.  Lugar: Rock Star Live, Barakaldo.  Asistencia: menos de un tercio de aforo. Precio: 25/30 euros.

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