MACHINE HEAD + DARKEST HOUR
Fecha: 16 de noviembre de 2014 Lugar: Sala Totem, Pamplona Precio: 30€
Desde que dejaron boquiabiertos a todos con su espléndido “The Blackening” en 2008, MACHINE HEAD se han convertido por mérito propio en uno de los grupos más significativos de la actualidad metalera. “Unto The Locust” fue una continuación en la misma senda y, por tanto, la expectación hacia “Bloodstone & Diamonds” era máxima; al igual que hacia el concierto que dieron en Pamplona, aún más especial si tomamos en cuenta su negativa a participar en festivales durante la gira del flamante disco.
Los únicos teloneros fueron los americanos DARKEST HOUR, que tras la intro de la obra clásica de Strauss, “Así habló Zaratrusta”, irrumpieron en la sala con energía y ganas de calentar al respetable. Su actuación fue correcta, con un cantante que sobresalía al no parar de moverse y animar al público a que fueran partícipes de la fiesta mediante circle pits, aunque no gozaron de un buen sonido. El bombo de batería atronó en exceso y tapó al resto de instrumentos que, a pesar de mejorar a medida que la actuación avanzaba, especialmente en las secciones de guitarras dobladas de “Lost For Life” y “The Sadist Nation”, no llegaron a estar lo suficientemente presentes. Se quedaron a medias y no lograron entusiasmar al público, que se encontraba en su mayoría a la espera del plato principal.
Respaldados por un efectivo montaje escénico de banderas y luces, aunque con un retraso de media hora, MACHINE HEAD subieron a las tablas para deleitar a una abarrotada sala con sus canciones más emblemáticas. “Now We Die” dio el pistoletazo de salida, nuevo corte que ha cuajado de maravilla viendo el fervor con el que el público coreó su épico estribillo. Continuaron con uno de sus mayores clásicos, “Imperium”, que, desató la locura en las filas delanteras a la vez que el sonido se iba estabilizando. Cabe mencionar que a pesar de que se echó en falta la potencia sonora que caracteriza a la banda en los aplastantes breakdowns, el sonido fue equilibrado y pudimos entender cada instrumento debidamente.
“Beautiful Morning” y “Locust” fueron las siguientes en sonar, canciones con las que comenzaron a abandonar el escenario y hacer parones, algo que se repitió varias veces durante la actuación y lastró la fluidez del show considerablemente. La actitud de la banda tampoco fue tan enérgica como otras veces, lo cual se notó especialmente en la impasible cara de Robb Flynn, que exceptuando las partes más emotivas donde los seguidores cantaban junto a él, se mostró más frío de lo habitual.
“Darkness Within” puso el toque más melancólica a la velada, aunque no tardaron en volver a la tralla con las fenomenales “Killers & Kings”, “Davidian” y “Aesthetics Of Hate”, en las que Phil Demmel brilló por encima del resto gracias a sus geniales solos. Del mismo modo, cabe mencionar que el nuevo bajista Jared MacEachern parece haberse adaptado sin ningún problema a la dinámica de la banda; aunque sin excesivo protagonismo, mostró seguridad encima del escenario y cumplió con creces tanto su labor instrumental como vocal.
El final llegó con la clásica “Old” y la monumental “Halo”, en la que todos los allí presentes se rindieron definitivamente a los pies de la banda con los épicos estribillos y solos. Forma inmejorable de cerrar la actuación.
Como nota curiosa cabe resaltar que, a pesar de las frecuentes indicaciones de Flynn, el público navarro no consiguió coordinarse ni una sola vez para realizar un circle pit.
En definitiva, y a pesar de los claroscuros, el paso de MACHINE HEAD por Pamplona fue más que digno. Se echaron de menos algunas canciones, aunque esto no es más que la muestra del creciente repertorio de joyas que ostentan a la hora de diseñar su repertorio. ¡Esperamos que a la próxima podamos volver gozar pero con algo más de garra e intensidad!
Texto: Mikel Yarza
Fotos: Unai Endemaño
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