RULO Y LA CONTRABANDA. Donostia

RULO Y LA CONTRABANDA

Fecha: 3 de marzo d 2012. Lugar: Teatro Principal, Donostia. Intérpretes: Rulo y La Contrabanda & Coroccotta Teatro. Asistencia: Entradas agotadas. Unas 550 personas. Precio: 16, 19, 22 €.

Arrancaba el sábado en Donostia una mini gira de siete conciertos en teatros con la que Rulo y La Contrabanda buscan dar la vuelta a su repertorio eléctrico. “Canciones desnudas” han titulado la aventura, en la que cuentan con la participación de una pareja de actores de la compañía Coroccotta Teatro que ayudan a “visualizar” mejor alguno de los íntimos, canallas y noctámbulos mensajes de las canciones de Rulo. Un espectáculo completo y equilibrado de prácticamente dos horas, que funcionó perfectamente engrasado pese a ser el estreno del formato en cuestión.

Hacía ya días que el taquillaje del Teatro Principal donostiarra estaba agotado y desde el principio se evidenció que las butacas den Antzoki de lo viejo estaban ocupadas por fans absolutamente incondicionales del cantante de Reinosa, con amplia presencia femenina. Rulo y La Contrabanda es un grupo nuevo con un único CD en el mercado (“Señales de humo”), pero su jefe de filas tiene un amplio recorrido anterior con La Fuga, con los que grabó media docena de discos y logró una muy sólida base de seguidores, mucho de los cuales le siguen en esta nueva etapa autónoma. En el Principal Rulo interpretó enteramente su disco propio, más un buen puñado de éxitos de La Fuga que el mismo compuso en su día.

Con una farola, un banco y hojas otoñales en el suelo ambientando el escenario y los músicos sentados en taburetes, la sesión fue una eficaz demostración electroacústica de que las canciones de Rulo tienen alma y saben emocionar. El líder gesticulo mucho sus letras y La Contrabanda las armó a base de suavidad y matices vía piano, armónica, acordeón, lap steel o mandolina. Por momentos las canciones perdían el subidon de algunos estribillos y partes que en disco crecen rockeramente, pero se trataba de darles otro enfoque más íntimo, diferente. Con todo el grupo estuvo cómodo. Para el tercer tema, “El manual”, Rulo ya se había descalzado y estaba sirviéndose algún chupito. Ejercieron tranquilos, casi parando el tempo de las canciones, como las inmóviles agujas del reloj de fondo.

Fue inevitable sin embargo que por momentos los ánimos se desbordaran: todo el teatro puesto en pie cantó “Por verte sonreír” y su estribillo para estadios.

En el bis, mientras Rulo cantaba intimo, algunos de sus músicos repartían rosas, volvió la fiesta con “La cabecita loca” y se despidieron entre el público precisamente con “El vals del adiós”, primicia que incluirán en su segundo CD.

Al final uno de los actores les devolvió a punta de pistola al escenario para que recibieran los merecidos aplausos de su gente. No sabemos si Rulo y La Contrabanda serán unos nuevos Fito & Los Fitipaldis, pero aquí huele a éxito.

Texto: Aitor Zubizarreta

Fotos: Iñigo Malvido

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